Un hombre de 71 años adoptado de bebé recibe su prueba de ADN que le hace llorar

Cuando Dennis Blackstone, de Texas, envió su muestra de ADN para una prueba por Internet, fue un intento desesperado de saber más sobre su familia biológica, en la que había pensado durante décadas. Él y su hermano habían sido adoptados cuando eran pequeños y, aunque Dennis había vivido una vida feliz, no podía negar su deseo de saber más sobre sus orígenes biológicos. Cuando por fin se hizo la prueba de ADN a los 71 años, nada le habría preparado para los sorprendentes resultados.

¿Qué es el ADN?

Antes de entrar en la increíble historia de Dennis, conviene explicar qué es exactamente el ADN. El ácido desoxirribonucleico -o ADN, para abreviar- es una combinación de genes que cada persona hereda de sus padres. Para hacerlo más simple, el ADN de una persona es idéntico en un 50% al de su madre y en un 50% al de su padre.

También puede utilizarse para identificar a los hermanos: los que tienen los mismos padres tendrán el 50% de la misma composición genética, mientras que los que sólo tienen un progenitor común compartirán el 25% de su ADN.

¿Qué pueden revelar las pruebas de ADN caseras?

En las dos últimas décadas han surgido numerosas empresas de análisis de ADN. Entre ellas se encuentran Thriva, DNAFit, Orig3n, MyHeritage DNA y 23andMe. Esta última es la empresa que eligió Dennis.

En palabras de Barbara Ellen, de The Guardian, la empresa promete "desvelar el misterio de sus genomas, explicando desde la ascendencia, las variantes residuales de Neanderthal, la bioinformática para la forma física, la pérdida de peso y el cuidado de la piel, hasta predisposiciones genéticas más aleatorias".

¿Cómo funciona?

En la práctica, la empresa se limita a enviar por correo un kit de ADN que incluye un tubo para recoger una muestra de saliva. A continuación, la persona que se somete a la prueba rellena un breve cuestionario y devuelve el paquete por correo.

Después, es cuestión de entrar en la página web de la empresa para recuperar los resultados confidenciales que se han obtenido una vez analizada la muestra en un laboratorio. Este tipo de pruebas de ADN caseras se ha convertido en un gran negocio. De hecho, el mercado tenía un valor global estimado de 14.360 millones de dólares en 2022.

La familia perdida

Dado que las pruebas de ADN comerciales se han extendido tanto, muchos expertos han empezado a creer que están cambiando la forma en que entendemos nuestras propias identidades. En 2020, la periodista Libby Copeland publicó un libro titulado La familia perdida tras quedarse fascinada por el tema.

En el programa de radio The Naked Scientists contó: "Escribí un reportaje para The Washington Post. Después de publicarlo, empecé a recibir correos electrónicos, y eran tantos que no podía leerlos".